¿Tu qué crees?
Somos seres vivos y en consecuencia tenemos un cuerpo humano, una máquina perfecta dotada de la más sofisticada “tecnología” a la cual el ser humano no ha llegado a descifrar completamente por la gran complejidad de esta. ¿Qué quiere decir esto?
Que en resumidas cuentas, si a tu cuerpo le nutres con una alimentación saludable, que le ayude a que todo su interior funcione mejor, sin esfuerzos, que le de energía, vitalidad, tu cuerpo va a darte más vida, más salud. Por el contrario, si a tu cuerpo le das alimentos que le quitan energía, que son pesados de digerir y no son muy saludables (aunque a ti te gusten mucho) tu cuerpo perderá salud.
Somos lo que comemos, si nutres correctamente a tu cuerpo, eres salud, energía, vitalidad.
Es muy fácil hoy en día informarse sobre alimentación saludable, estamos en la era de la comunicación y la tenemos al alcance de nuestra mano y cuando queramos. Y ahí está el problema, que muchas veces no queremos saber porque nos sacaría de nuestra zona de confort, tenemos que empezar a hacer cambios, cambiar rutinas, hacer algo diferente, y eso no nos gusta tanto ¿Te pasa?
A mi me pasaba y muy a menudo. Sabía que el azúcar blanco no era muy sano y creaba adicción y que muchos alimentos llevan mogollón de azúcar (zumos envasados, ketchup, coca-cola bollería…) ¡pero estaban tan ricos todos, que hacía la vista gorda! y me decía.- “bueno, por uno, tampoco pasa nada” Pero al final, ya no era el azúcar, eran también las harinas, me inflamaban un montón, la sal fina, comida preparada, las pizzas de los sábados etc…
Cuando me dijeron que tenía cáncer, ya había realizado previamente algunos de los cambios “INCOMODOS” en mi alimentación, (digo incomodos porque tuve que cambiar algunos hábitos a la hora de cocinar y configurar mis menús ), me puse en manos de Arturo Castillo, mi chef ayurvédico. Si creía que había cambiado muchos hábitos en mi alimentación, cuando hable con Arturo me dejo planchada literal, prácticamente estaba haciendo lo contrario a lo que debía hacer para ayudar a mi cuerpo a estar saludable.
Nos pusimos manos a la obra y el resultado fue y ha sido espectacular y vital a la hora de enfrentarme a la quimioterapia, recuperación de la operación, y después del resto de las quimios hasta el día de hoy, cuatro años han pasado y puedo decir que el echo de cambiar mi alimentación ha sido lo mejor que he podido hacer.
No es suficiente dejar el azúcar por ejemplo, porque si te paras a leer los ingredientes de los productos que vas a comprar, el azúcar es un conservante y está presente en un gran número de alimentos envasados.
Arturo me lo dejo bien claro, “vas a empezar un tratamiento durísimo” me dijo, prepara a tu cuerpo, nútrelo para para que esté a su máximo potencial , no le quites energía, para ello has de comer alimentos vivos, nada de alimentos muertos.
La alimentación era bastante estricta y me cambiaba hábitos de muchos años, no solamente en los alimentos sino en la forma de cocinarlos. Al principio me hizo gracia pero después estuve a punto de tirar la toalla en un par de ocasiones, no me gustaba tanto cambio, me incomodaba. Menos mal que tenía a Giulliana y a mis hijas que me daban ese chute de energía cuando me veían bajita emocionalmente.
A día de hoy mi alimentación sigue siendo muy saludable, para nada es tan estricta como cuando estuve con cáncer, pero ahora me alimento para nutrir a mi cuerpo y me siento con mucha energía, me levanto con vitalidad, estoy lúcida y me siento fenomenal!
También es verdad que al tener la menopausia hay alimentos que he eliminado recientemente como las harinas, los azucares y los lácteos. A veces peco, pero sin culpa 😉
Si quieres saber más, el vídeo está en “Mis cuidados”